Época Bajomedieval en Porcuna

Época Bajomedieval
(ca. ss. XIII-XV d.n.e.).


     Fernando III “El Santo” había otorgado Porcuna a la Orden de Calatrava en 1228, antes de su conquista, pero no entró en ella hasta 1240 cuando la ciudad se entregó al rey pactando, como otras ciudades, su rendición, por una “pleitesía”, o pacto firmado, como expresan los documentos de la época. Gracias a este pacto, los musulmanes de Porcuna conservaron temporalmente sus propiedades y el derecho a practicar su religión. Además de las crónicas que nos cuentan estos hechos se han conservado los documentos o “privilegios” de donación de Porcuna por Fernando III y de confirmación de esta donación por su hijo Alfonso X a la Orden de Calatrava.


     Uno de los primeros proyectos cristianos fue la creación de una nueva fortificación, la Muralla de la Villa que separaba un barrio cristiano, la Villa, del resto de la Medina, donde quedarían los restantes habitantes, musulmanes y judíos, segregados en dos barrios, una judería y una morería. También se fortificó el Castillo con nuevas defensas, para convertirlo en Alcázar y sede de la Encomienda Calatrava de Porcuna. Esta situación duraría poco, pues tras ser aplacada la sublevación mudéjar en Andalucía y Murcia, en 1264, por el rey Alfonso X de Castilla, la inmensa mayoría de los musulmanes fue expulsada de las ciudades rebeldes, quedando dichas fortificaciones sin utilidad, pero permaneciendo sus restos hasta la actualidad.

 

      La expulsión de los musulmanes en masa acrecentó la necesidad de repoblamiento cristiano de la zona, que llevaría a cabo la Orden de Calatrava, a quien el rey había cedido el territorio de Bulkuna desde 1228, tras las conquistas de Andújar y Martos, doce años antes de la entrega de la ciudad a los cristianos.

 

      Las primeras instituciones feudales establecidas por la Orden de Calatrava fueron la Encomienda de Porcuna, con sede en el Castillo, regida por un Comendador y con amplias rentas, tierras y derechos y el establecimiento poco después del Priorato de San Benito, que se convertiría en el centro religioso de mayor importancia de la Orden en el Partido de Andalucía, el segundo en general tras el Sacro Convento de Calatrava La Nueva. También a mediados o finales del s. XIII debió erigirse la Iglesia de Santiago, en el centro del barrio fortificado de la Villa.


     Entre los siglos XIV-XV se producen algunos cambios en la estructura establecida por los calatravos. Se creará un nuevo priorato, el de Santa María de la Coronada, que por las descripciones parece que pudo ocupar el edificio de una antigua mezquita, lo que está por confirmar arqueológicamente. Se construye también la Iglesia de Santa María La Mayor, extramuros del barrio de la Villa, que estaba ya funcionando en 1404. Esta iglesia fue también uno de los centros religiosos más importantes de la Orden, llegando a celebrarse en ella, como también ocurrió en San Benito, Capítulos Generales, en los que se reunía a todos los freires, caballeros, comendadores, priores y demás dirigentes calatravos. En este momento, si no algo antes, se creó una nueva Encomienda en el territorio de Porcuna, en su aldea de Lopera, construyéndose el Castillo de Lopera y la original encomienda de Porcuna se sustituyó por una Alcaidía, un Alcaide a cargo del Castillo, y se trasladó al límite norte del territorio medieval, renombrándola como Encomienda de la Torre del Cañaveral, cuya principal renta fue el derecho sobre los molinos y batanes del término de Porcuna ubicados en el Guadalquivir. También aparecen, constatados ya en el s. XV, cabildos ciudadanos, tanto en Porcuna como en la aldea de Lopera, que aunque bajo la estructura feudal calatrava progresivamente erosionarán este poder hasta conseguir la práctica independencia civil de ambas entidades a fines de la Edad Media.

 

      Se producen también conflictos con el Obispado de Jaén por causa de los diezmos y rentas, que quedaran resueltos en la Concordia celebrada en la Iglesia de Santa Catalina del Castillo de Porcuna en 1382, desde entonces la iglesia giennense no tendrá participación oficial en la iglesia porcunera hasta el s. XIX, siendo la estructura eclesial porcunera cubierta por religiosos del hábito calatravo a través de los dos prioratos y de un beneficio curado para proveer el párroco de la única parroquia.


     En este periodo, como tierra de frontera con el Reino Nazarí de Granada, aunque en retaguardia, se producen continuas incursiones de los granadinos y también desde aquí parten los ejércitos calatravos tanto a la guerra con Granada como en la guerras entre nobles del s. XV.

 

      En el s. XV se produce un hecho clave que es el traslado del centro gravitacional de la política castellana desde Castilla a Andalucía, principalmente por la presencia de las cortes reales en Sevilla y Córdoba. Esto hará que los Maestres de Calatrava, desde al menos Enrique de Villena establezcan su corte maestral en el Castillo de Porcuna durante gran parte del periodo, compartiendo esta sede con las oficiales manchegas del Sacro Convento de Calatrava la Nueva y de Almagro. A esto se une el papel protagonista de la nobleza en el convulso s. XV y de los poderosos Maestres de Calatrava que participan del primer nivel de la política castellana, sobresaliendo figuras como Luis González de Guzmán, Pedro Girón o Rodrigo Tellez Girón. Por todo esto se edifica en el castillo un conjunto palaciego imponente del que sólo ha quedado a la vista la monumental Torre Nueva.

 

      A finales del siglo, tras la Batalla de Lucena de 1483, el rey granadino Abu-Abdalá Boabdil, capturado en esta batalla, es retenido durante cinco meses en el palaciego y bien fortificado Castillo de Porcuna cuya Alcaidía se había concedido a un hombre cercano a los Reyes Católicos, Martín de Alarcón. Finalmente será liberado tras firmar en Porcuna una capitulación por la que quedaba como vasallo de los reyes castellanos y de dejar a su hijo mayor y a los hijos de los nobles nazaríes como rehenes en Porcuna. Se cree que el único retrato conservado del último rey granadino fue pintado en esta prisión porcunera.

 

     Aunque solo estamos en los comienzos de la investigación de estos periodos, gracias a  la información de los trabajos arqueológicos científicos que se van desarrolando poco a poco y la abundancia de material de archivo, especialmente del ámbito calatravo, podrán ser en el futuro de los mejor conocidos y documentados de la historia de Porcuna, para todos los ámbitos, desde el poder y la religiosidad, hasta la vida cotidiana, el trabajo...etc.